Lo más importante que aprendí con el tiempo es que, para que la vida fluya y esté alineada, hay que conectar con la propia esencia. Al principio, este concepto no lo tenía claro. Fue un camino de búsqueda, de transformación interna y externa. Hoy, por fin, puedo ponerlo en palabras.
Mi camino hacia una decoración más consciente
Durante muchos años, decoré mis espacios copiando estilos, tendencias o gustos ajenos. Lo hacía sin preguntarme si eso realmente me representaba. No sabía quién era, ni qué quería. Y como todo en la vida está conectado, eso también se notaba en mi hogar: un collage de objetos sin armonía, estilos mezclados sin sentido, una especie de “cocoliche” visual que reflejaba mi confusión interna.
Con el tiempo, empecé un proceso profundo de cambio. Mejoré mi alimentación, aprendí a meditar, empecé a escribir páginas matutinas, a leer más y a reconectar con lo que de verdad me hacía bien. Mi interior se fue ordenando, y naturalmente los espacios que habitaba también.
Una casa en calma, un alma en equilibrio
Recuerdo un momento clave: decidí vender casi todo lo que tenía en casa y quedarme solo con lo esencial. Una cama. Un sillón. Sentía que necesitaba resetear, hacer espacio para habitar con más consciencia.
Desde ese momento, fui eligiendo cada objeto con calma, según mis posibilidades y desde una conexión auténtica. Ya no era decorar por decorar, sino preguntarme: ¿esto vibra conmigo? ¿Tiene alma? Esa forma de habitar fue también el origen de Veraflor.
El arte de crear desde la esencia
Con Veraflor aprendí a respetar mis procesos y ritmos. A no forzar. A entender que crear desde un lugar conectado es la única manera de hacer piezas con verdadera armonía. Cuando no estoy alineada, se nota: los diseños no fluyen, los cuadros no salen bien, o terminan desarmándose. Hoy ya no me da miedo descartar lo que no vibra, aunque implique perder materiales. Aprendí que el tiempo que me tomo para conectarme, me ahorra muchos problemas después.
¿Qué significa decorar con alma?
Para mí, decorar con alma es habitar con intención. Es elegir objetos que te devuelvan a tu centro, que cuenten algo de vos, que traigan calma o inspiración. Es rodearte de belleza, sí, pero una belleza viva, imperfecta, real. Esa que te hace sentir en casa —por dentro y por fuera.
🌿 En Veraflor no vendemos cuadros, creamos símbolos para habitar con más sentido.
Si estás buscando llevar más armonía a tus espacios, te invito a descubrir nuestras obras bordadas: desde el corazón, y con la intención de acompañarte.